Hacer la fotografía de boda de Anabel y Carlos, ha sido de las cosas más divertidas de mi carrera. Su actitud y predisposición, así como la de sus familiares fueron inmejorables, y absolutamente determinantes para que el resultado haya sido algo tan divertido. El amor que se demostraron el uno por el otro, así como el que sienten por su hija, se podía sentir en cada uno de los momentos que acompañaron esta unión. No puedo más que sentirme afortunado por haber fotografiado este enlace.